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¿Funciona la prohibición de comida chatarra en colegios? Caso México y España
A un año de la prohibición de alimentos ultraprocesados en universidades mexicanas, los estudiantes siguen optando por opciones poco saludables mientras otros países, como España, buscan alternativas más efectivas

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El gobierno federal ha implementado como medida prohibir la venta de comida chatarra en todas las escuelas del país, abarcando desde educación básica hasta nivel superior desde el 29 de marzo de 2025.
Si bien esta acción busca proteger la salud de los estudiantes, en la práctica ha generado un efecto contrario: el consumo de estos productos se ha incrementado fuera del entorno escolar.
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“Muchos estudiantes ahora buscan formas alternativas de adquirirlos, ya sea a través de vendedores informales cerca de las escuelas o llevándolos desde casa, lo que evidencia que la medida, aunque bien intencionada, no ha logrado reducir el acceso real a la comida chatarra”, explicó Cuauhtémoc Rivera, presidente la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes. Esta medida busca reducir los altos índices de obesidad infantil y juvenil.
En muchos casos, los universitarios enfrentan horarios complicados, largas jornadas de estudio y falta de acceso a opciones nutritivas y asequibles dentro del campus. Esta situación pone en evidencia que la prohibición no ha contemplado del todo las realidades del día a día de los estudiantes, quienes optan por alternativas rápidas y económicas en las calles o fuera del campus, manteniendo el consumo de productos ultraprocesados.
España
En contraste, en España, el gobierno implementó en 2023 un programa de alimentación saludable en universidades y colegios, prohibiendo la venta de bebidas azucaradas y asegurando la disponibilidad de agua y frutas frescas de manera gratuita.
Un informe del Ministerio de Sanidad español reportó una disminución del 15% en el consumo de alimentos ultraprocesados entre los estudiantes, destacando que el éxito de la medida radica en no solo prohibir, sino en crear alternativas accesibles y atractivas.
Estudiantes
En el entorno universitario, el impacto ha sido especialmente complejo. Maribel Gutiérrez, estudiante de la Universidad X, expresa su preocupación: “No hay buenas alternativas en la universidad. La gente sigue consumiendo comida chatarra por gusto y por practicidad. Yo me alimento en los traslados con lo que pueda”, comentó Maribel Gutiérrez, estudiante universitaria.
“En lugar de prohibir, deberían enseñar cómo preparar comidas rápidas y nutritivas que realmente sean accesibles”, dijo Víctor Jiménez, universitario, reflejando la frustración de muchos estudiantes mexicanos.
La prohibición de la comida chatarra en universidades mexicanas es un paso en la dirección correcta, pero su éxito depende de garantizar alternativas accesibles y atractivas para los estudiantes, así como fomentar una cultura alimentaria que priorice el bienestar a largo plazo.