Trump: Los límites de la estructura

Estados Unidos tiene una oportunidad que otros países con líderes autoritarios ya han perdido y es la de la rectificación desde sus propias instituciones.

Parecía impensable hasta hace poco suponer que la economía más grande del mundo, que servía como ejemplo democrático mundial, haya pasado a tambalearse por la acción de un solo hombre.

Pero ese populista que supo como azuzar a millones para que se enojaran en lugar de reflexionar sobre lo que más convenía a su país sí parece tener límites en un país que mantiene una estructura que ya empieza a reaccionar.

Claro, un país en el que se han producido divisiones sociales, donde permea un discurso de odio, de clases, de razas, de preferencias políticas, necesariamente paga facturas, aun si logra salir de esa dinámica perversa.

Lo sabemos en carne propia, un populista con afanes autoritarios lo primero que hace desde el poder es apropiarse de las estructuras de control. Lo primero que dominó López Obrador el sexenio pasado fue a las fuerzas armadas y, en resumen, hoy ya tienen el control legislativo, electoral y judicial.

Trump tiene mucho poder político dentro del partido Republicano y gran influencia entre los representantes conservadores de la Corte Suprema, pero está llegando a límites que muchos intentarán que no traspase.

Elon Musk, el empresario con la mayor fortuna del planeta, el radical sudafricano de ideas revolucionarias e ideológicamente cercano a Donald Trump, ya tomó distancia y lo hace con mensajes que no tienen un voto legislativo, pero sí gran penetración social.

Trump le llama One Big Beautiful Bill a su iniciativa presupuestal y Musk se refiere a ella como un proyecto de gastos masivo, escandaloso y desmesurado que es una abominación repugnante.

Estas declaraciones son, a querer o no, un aval para otros partidarios que se oponen a sus proyectos, sobre todo en la bancada republicana del Senado.

Los republicanos están atrapados en la lealtad a su Presidente, pero muchos han marcado líneas rojas con las intensiones presidenciales. Al menos cuatro senadores de ese partido (Rand Paul, Kentucky; Rick Scott, Florida; Mike Lee, Utah y Ron Johnson, Wisconsin) son abiertos opositores al plan fiscal.

Y otros seis senadores republicanos son críticos o indecisos en dar su apoyo a ese paquete fiscal que pasó sin trabas por la Cámara de Representantes.

En la parte comercial el Tribunal de Comercio Internacional de Estados Unidos dictaminó que el Presidente de esa nación excedió su autoridad con la imposición de aranceles bajo la Ley de Poderes Económicos de Emergencia.

Esa es la oposición de los poderes del Estado, que pueden o no ser suficientes para ponerle un freno a muchas de las políticas de Donald Trump, pero dejan ver que no es omnipotente como él lo quisiera y eso abre esperanzas de moderación.

El populismo autoritario es un cáncer que busca la manera de abrirse camino y hacer metástasis en las instituciones del país que se contagia, eso anula cualquier oposición de la sociedad civil.

Hay naciones más susceptibles a caer en esos regímenes, a que se abatan sus instituciones, sus poderes, pero hay otras que tienen la estructura institucional que puede paliar ese mal.

El populismo autoritario es un cáncer que busca la forma de abrirse camino y hacer metástasis en las instituciones del país que se contagia, eso anula cualquier oposición de la sociedad civil.